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El Rincón del Diablo

Al Rojo Vivo: Un Relato de Cuna

Al Rojo Vivo: Un Relato de Cuna

TREINTA

Conocí un hombre peculiar, extraño quizás, pero me cayó bien.
Me clavó un machete en el centro de la frente.
La hoja penetró el cráneo y se abrió camino por la región encefálica para acabar situándose en el centro de mi cabeza.
La empuñadura quedó sobresaliendo.
Me habría hecho gracia la imagen salvo por el detalle que la cabeza implicada era la mía.
La sangre tapó mi rostro como si de una cortina se tratase.
Cuando el personaje desencajó el machete de mi cabeza, comenzó la fiesta gore. Ni uno solo de los glóbulos rojos se mantuvo en mi cuerpo. La sangre se abrió paso por el hueco abierto en mi cráneo. Salía a borbotones. Trocitos de cerebro salían propulsados hacia el exterior y las salpicaduras lo impregnaron todo formando charcos.
Pequeños animales del bosque corrían para alimentarse de mis restos, mientras las aves carroñeras se peleaban por mis ojos. Líquidos cerebrales salieron de dentro del nervio de un ojo, tras ser arrancado.
La mirada del personaje radiaba felicidad, saciado de sangre, dolor y muerte, mientras su rostro completamente salpicado, esbozaba sonrisas varias, acompañadas de carcajadas.
Era un buen tipo.
Yo morí.  

 

Extraido de:   http://cuentosdecuna.blogspot.com/  

 

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