La mano
Fotografía: José Núñez Del Arco
La mano
descansa suave y constante
en el delirio de hundirese en la miel
incita a mis labios a morder sus dedos va derritiéndome el cuello se impregna en mis senos
Experta en realizar acrobacias en carne flácida desgastada
viaja trémula por el mapa de mi cuerpo arrullándome el vientre navegando por el mar negro y rojo de los sueños
en la tempestad de mis deseos el remolino de sus dedos me deja exhausta con fiebre inextinguible...
La mano me castiga
y me redime para siempre en la recóndita cueva
que se halla entre mis piernas
Tamara Acosta.
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Anonimo -
Miguel -