Ambiguedad de deseos
No conozco la carne de mi inspiración pero mis ojos se laceran de deseo si adivino la textura de tus labios la parte inferior de tu ser
si me dejaras lamerlos succionaría la llaga de desamor que ha dejado el amante en tu lecho
pero no me lo permites y no me queda más que secretar con mi propio cuerpo
guiando mis inexpertas manos hacia la cúspide húmeda de tu erección
súbitamente dedos se convulsionan en mi circunferencia terrenal
alucinando el derretir de la lengua sobre el laberinto lunar de tu espalda llegando así al fin de la erupción
pieles hirviendo en sudor lava recorre el paladar agridulce hasta posarse en la ambigüedad de nuestros vientres concibiendo hermafroditas.
Tamara Acosta.
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