Esto no es un sueño
Quiero suicidarme. Así acabaría todo. La única vez que lo intenté, rompí el vaso contra el suelo. Las pastillas estaban disueltas. Me siento así: quebrada en pedazos.
Nadie me creería. Si yo misma me lo contara, tampoco.
Al verlo, con su corbata de seda, camisa y traje impecables... imposible. Su sonrisa, ojos azules, mirada tierna... pidiéndome que lo acaricie, lo bese, besándome, oliéndome, respirando su olor a lavanda mezclada con mierda; sintiendo su barba rasparme la cara, el cuello, el pecho, la barriga... Veo cómo empieza a transformarse, a respirar como un animal encima de mí, quitándome la ropa lentamente o arrancándomela cuando tiene prisa, sujetándome los brazos, mordiéndome los hombros, arañándome la espalda y pasando su lengua por todo mi cuerpo. Me hace sentir asqueada, sucia. Veo su felicidad: lo consiguió de nuevo.
(Para ver el cuento completo, hacer click aquí).
Víctor Falcón Castro
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