La inocencia necesita de mí
CAMPO TEUCRO
¡Ay, cuando las cuidan, es el regreso!
No comprendo lo incomprensible
No es como verse en el espejo
No es como verse frente al polvo del espejo
No es como verse frente al polvo de la pared
No es el techo de la noche
Sino el piso de la noche
El piso del día, las nubes y la lluvia
Las nubes juntas van construyendo un murciélago en la lluvia
Hecho de lluvia congelada
Hecho o hecha de nubes
Mi semen cae lentamente sobre el rostro de una niña extranjera
Campo teucro
LA INOCENCIA NECESITA DE MÍ
La inocencia necesita de mí,
en el mar y en la ola,
en un pelo desnudo
cerrando la boca.
¿Te imaginas criatura?
Todo hace falta,
y contar tus dedos,
y morder tu cama,
de madera, claro.
Incendiar tu puerta
con las llaves de las llamas.
Ahí estoy,
con los días cerrados,
con esta rebelión que no dura
la última desesperación.
¿Alguna duda?
Oculto soy inmortal,
poderoso,
en gigante
ipso facto.
Inocente,
volátil,
de las ramas y palabras,
casi un piloto que nunca ha estrellado
días como ahora
¿Cómo?
¿No hay un Después de este tamaño?
© Alexander Comundo.
Alexander Comundo. Estudiante de literatura UNMSM. Ha publicado poemas en la antología Generación 2000? de la editorial Círculo Abierto Editores. Correo electrónico de contacto: alexandercomundo@hotmail.com
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