Últimas palabras de Catalina
Voy a morir esta noche
no existirán más otros días próximos
para saciar la sed de tu boca extinta
Seré únicamente un cadáver pestilente
abandonado en la tierra húmeda de algún descampado
y cuando me encuentres me mirarás
y sentirás asco de mi rostro purulento
porque seré tan sólo carne descompuesta
y mi espíritu vagará rondando
por las calles olvidadas donde quedaron grabados
mis pasos
Ya no será juguete del viento
la niña mala de sonrisa ingenua
ataviada de alhajas y belleza efímera
no será más la Miss Universo
que todos los muchachos pregonaban en cada esquina
mientras grababan en la mente
la imagen insinuante y devastadora de su grupa
para acabar en oleajes infectos
en el inodoro de sus casas
El pedazo de carne se irá al río
y tú
mi amante incansable y deseosa
descubrirás que fui cuarto menguante de una noche
y vomitarás sobre mis costillas
transparentadas sobre mi piel dispersa
arruinada de hedores y besos muertos
Sólo soy eso
mírenme
ya nadie reconocerá en esta carne magra
a la niña hermosa que salió hace veinte años
del vientre de su madre
y creció minuto a minuto
hasta convertirse en la esperanza de la familia
como tampoco tú reconocerás entre mis huesos
a la muchacha que se hizo puta entre tus brazos
a la que gozó mil veces con tu lengua bípeda
y echó al viento las palabras de sus padres
con tal de revolcarse
desnuda y abierta al mundo
en la candente playa de tus sábanas
No lo entenderás Paula
sabrás que soy sólo un cuerpo exánime
impregnado de coágulos
caminando lento hacia la bahía
no tienes por qué fingir compasión
y berrear a mi lado izquierdo con tus lágrimas de puerco
sé que nadie me quiso de verdad en este universo
plagado de estereotipos y bestias anormales
Por eso
ahora
en esta noche
nebulosa pesada compacta
mientras observo mi cuerpo perfecto y deteriorable en el espejo
yo he de morir inevitablemente sobre aquella tierra árida
ya nada me importa entre esta urbe inmunda
Cuando todos se den cuenta
no quedará de mí más que los despojos
arrancados por los dientes ávidos de los perros
entonces sabrán que todo este tiempo fui para ellos
un pedazo de carne del cual se alimentaban
voraces
como una constelación de parásitos
y llorarán arrepentidos por haberme tragado sin misericordia
todos estos años de muerte viva
Sé muy bien que mi alma flotará
eterna
en las aguas transparentes de otros mares
lejos de la oscuridad lacerante
que habita la escatofilia del prójimo
amontonada en esta ciudad cada vez más caótica e injusta
Ahora que tengo oportunidad
caminaré despacio a través de los andenes
y ubicaré el atajo del puente sobre los barrotes
para volar intemporalmente por mis galaxias dúctiles
hasta aterrizar en mi ansiado edén de piedras
Yo lo sé muy bien
y no tengo por qué congelarme por las alturas
en la otra orilla todo cambiará
no estarán mis orgullosos padres
los chicos lujuriosos del barrio
ni siquiera tú Paula
buscando como una perra en celo
de mi sexo y mis manos trémulas
otro orgasmo gratuito
El paisaje será distinto
me reencontraré con mi trozo de alma
olvidada en el espacio y el tiempo
esperándome
silenciosa
milenios de luz
en la callejuela serena de siempre
y entender por fin que este pedazo de carne
merece compartir el destino miserable
de la mierda que pulula entre los glúteos faciales
de todos los seres inhumanos
Yo voy a morir esta noche
y de mi cuerpo quedan éstas
mis últimas palabras...
Catalina Camargo
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