Blogia
El Rincón del Diablo

Héctor Ñaupari

Héctor Ñaupari  

 

OFRENDA

 

Has prevalecido entre mis frágiles días como ese mausoleo que venciera al tiempo en cada uno de sus límites

 

He de recompensar tu persistencia con dos lámparas para ofrendarte:

 

en una he recogido la ventisca intacta de las selvas

 

y en otra he robado el cierzo melancólico del norte,

 

                                                           ese que siempre me pediste.

 

También traigo mi acantilado corazón dalias y antorchas

 

dátiles y azucenas,

 

y una implacable promesa:

 

permanecer siempre entre las ruinas de la capital que quisimos

 

para nosotros

 

                                                           y que no desaparecieron

 

¿Qué dirás entonces?

 

¿Me mostrarás acaso esa indefensa desnudez que protegía cuando soñabas con soldados y fantasmas?

 

Entonces veo tus vestidos deslizarse de ti

 

                                               como el vino de una copa desbordada,

 

y en el deleite de tus pezones seducidos por esta boca mía que los profana, escondida e interminable

 

da comienzo

 

este amor inclemente y enardecido que es el nuestro

 

 

 

 

 

 

CUANDO TODOS DUERMEN

 

 

lávame en la candente ceniza de tu cuerpo,

vierte tu dolorosa palidez en mis manos,

y antes que el crepúsculo descienda de los bosques

a tenderse en la arena como un lagarto acuchillado,

desgárrate los muslos con mi flecha de seda

 

César Calvo, Ausencias y Retardos, III

 

 

En ese instante en que todos duermen

 

en ese minuto que convierto en un tiempo detenido para poseerte

 

voy al departamento estoy a tu encuentro

 

y allí estás

 

furioso incendio que me envuelve

 

te despojo sin pausa de las bragas que te apresan

 

mis manos son ruiseñores que te desnudan en tu bosque

espesura

tu piel es el sol que me alimenta

 

y en tu nostalgia

soy un barco a la deriva abandonado

entre tus piernas como olas

 

y nada me detiene

y nada te detiene

 

entonces me tiendes sobre el mueble

y soy la presa cogida en la yugular del deseo

arañas rasgas te abres camino con tus fauces plenas hacia mi

carne viva

 

sangro y te deseo

 

me transformo

en la víctima propiciatoria

 

el alarido que no cesa

 

y nada te detiene

y nada me detiene

 

pues soy el fauno que te tensa como un arco

y soy también la flecha que perversa

se hunde en ese rincón tuyo suave y secreto inesperadamente

ese aroma arcano que solo tú y yo conocemos lo invade todo

 

las olas el arco tenso de tus muslos mi piel en carne viva

 

y nada nos detiene

 

no nos importa el futuro o los amantes que poseímos o que nos poseyeron

 

solo tus talones en mi espalda espoleándome

 

solo tu sudor que me traspasa y se evapora y es luego el rocío

que se empoza debajo de tus pechos y en tus caderas

 

solo el grito entrecortado enhiesto audible apenas ahogado por

nuestras lenguas serpientes que ferozmente se devoran

 

solo tus manos esforzándome a darte más de mí

 

solo este tiempo intenso como el último minuto de la noche

 

en que más unidos que nunca nos abandonamos

 

y huyes de mí y yo de ti

 

y nada nos detiene

 

 

 

Héctor Ñaupari (Lima, Perú, 1972). Autor del libro de poemas En los sótanos del crepúsculo (Ediciones UNMSM, Lima, 1999), coautor de Poemas sin límites de velocidad, antología poética 1990-2002 (Lord Byron Ediciones, Lima,2002) y autor del libro de ensayos Páginas libertarias (Ediciones Zignos-Altazor, Lima, 2004). Poemas suyos fueron publicados en importantes antologías poéticas nacionales e internacionales, como Salamanca, azul y oro (Fundación Caja Duero, Salamanca, España, 2001); Diez escritores peruanos contemporáneos según ellos mismos (México, D.F., 2002); Roda mundo, roda gigante-antología internacional 2004 (Editorial Ottoni, Sorocaba, Brasil, 2004); Encuentro de escritores nuevos (Universidad Científica del Sur Ediciones, Lima, Perú, 2004); y, Los diez, antología de la nueva poesía peruana (Ediciones el Santo Oficio, Lima, Perú, 2005). Rosa de los vientos es su segundo libro de poemas.

 

0 comentarios