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El Rincón del Diablo

Una daga penetrándome...

Una daga penetrándome...  

El metal de tu hoja me acaricia  Estela

yo acudo a las sensaciones vagas

que me producen el invierno y los horóscopos

para mitigar el calor del río escarlata

y la envoltura de mi cuerpo entre las sombras.

 

Tu mano es hacha desmesurada cortando mis miembros

sé que disfrutas de mi anatomía expuesta

a los ojos de la sociedad cubierta de caretas

juntos se ven muy perfectos

pero con mis ojos nublados

consigo distinguir tan sólo  bestias rastreras

fingiendo sangre cálida bajo una coraza de acero.

 

Yo sonrío con el dolor del Thánatos

y recuerdo las tardes desoladas

frente a los desiertos acuáticos

comprendo que en aquellas tardes

mi pulso sí era helado y mi sangre se vertía

constantemente de mi corazón abierto.

 

Esta piel desgarrada y este río profuso

es una catapulta a la sonrisa cósmica

                            a la dimensión de las esencias transparentes

 

Por lo tanto  Estela

tú debes continuar con las manos aferradas a ese metal

ahora soy toda tuya

y te invito a beber de mi vida

hasta que caiga tu máscara sobre mis torrentes

 

Pronto  con los ojos abiertos

y con el mismo filo vertical

buscarás en otra fiel amante      

el placer doloroso

                 la libertad ansiada

                 los silencios

 

Catalina Camargo

 

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