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El Rincón del Diablo

Las gatas

Las gatas  

 

Ojos de gata vestida de noche incontinente 

Urgente sus aguas luminosas en esferas abiertas giran

mortales, a cerrar sus ritmos iridiscentes.

Almas que la ven cruzar desnuda, ventisqueando

los huesos que brotan como una falsa instauración 

de alguien que va a morir de puro mal augurio

Ojos de gatas perforados por la luz, bailando ruidosas,

de sus éxtasis, según su loca manera de moverse

¿y en dónde?, bullen criaturas lanzados a l azar,

ellas engastan su piel

con el esperma de la música que las hace gemir

moviéndose

antes que el largo fulgor de la conciencia, vuelva

el número de veces, y las máquinas humanas con su gnosis 

sean verdaderas gatas arrullando su más elevado sueño.

Ojos de gata, o gatas de películas interminables

de cerebros que se vuelven estrellas por un segundo

mágicas como el mismo film de la vida real

Gatas de cabaret, enervadas en la barra ante la mirada pajera

de turbios jueces haciendo justicia con su propia mano.

Gatas de "Las Gatitas" bailando y "pepeando", bebiendo y

"pepeando", y culeando y "pepeando", lacónicas, insípidas

olfatean los minutos por donde un anuncio las golpea

con la sirena apagada del tren que tritura sus victimas 

o del bus que a veces las enviuda del más dulce enflautador   

Gatas luciendo el pulcro traje de la mañana, acuden a misa

con el alma purificada en los jardines del paraíso, y comen

pescado en el restaurante de quien anoche "pepearon".

Gatas con ojos de gato, copulando en los techos abandonados

Gatas pintarrajeadas arañando con sus párpados, todas locas,

infladas a la divina forma de un dios andrógino

Gatas exterminando roedores de la ciudad-cloaca 

Gatas comiendo ratas erguidas en los hotel-burdeles

Gatas, gatas, gatas...malditas gatas rasgándome la piel. 

 

 

                                                   Teofilo Villacorta Cahuide

 

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