DE “LIBRO DE LOS ENTUERTOS”

“Una visión introspectiva de la realidad nacional, con un estilo propio, haciendo uso del lenguaje coloquial con una maestría única. Nadie mejor que él puede mostrar todos los trapos sucios de la historia del Perú con tanta expresividad y esteticismo”

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perú
país de mi vida
y de mis sueños
¿desde cuándo
te has convertido
en una infame
en una avara
en una cloaca de tus hijos
en una lameculos sin remedio?
¿quién
te ha hecho indeseable
una flor marchita
y salvaje entre la nieve?
¿por qué / dime
la corrupción y la desidia
florecen en tus pasos
en tu silencio cabrón
lleno de alimañas y de ratas?
tú
que tenías
todo el oro de los andes
toda la plata de los ríos
todas las estrellas de las playas
miles de piedras en tus manos
cientos de manantiales en tus ojos
gloriosas moradas en tus sueños
inmaculadas raíces en tus labios
¿por qué
ahora
eres una simple culona por los parques
una muñequita de aserrín en los burdeles
una basurita sarnosa por los muelles?
lamentablemente
perú
país de mi vida y de mis sueños
ya no te conozco ni recuerdo
en ninguna vereda de las calles
en ninguna banca del colegio
en ninguna pollada de los barrios
en ningún callejón sombrío de mi alma
solamente
cuando bajo a los infiernos
y voy
a los barracones de la noche
a las chinganitas de los campos
te veo llorar y mear
como una vaca apestosa por el cielo
y allí
en medio de los cactus
entre las maldiciones traidoras de los sapos
y los eucaliptos oscuros de los cerros
me desangro
y me digo
con la vanidad más escabrosa de mis vientos
“para qué diablos vivir esta mañana
si todo es la misma mierda arrumada en el camino”
entonces
me lavo la cara y la desdicha
y me voy nuevamente a los abismos
a los rincones oscuros de la tierra
a las esquinas pestilentes de los días
y sin pensar en la existencia de mis hijos
en el futuro de mis nietos
en la variedad de la farándula
en el partido de fútbol del domingo
como el más cojudo de la vida
como el afanador más torpe de culebronas en la noche
me zampo dos tragos de pisco en la mañana
y sigo escuchando
como un huevón
las noticias de tu vida
           

Juan Cristóbal