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El Rincón del Diablo

LOS RETOS DEL GOBIERNO DE OLLANTA HUMALA

LOS RETOS DEL GOBIERNO DE OLLANTA HUMALA Para todo el mundo es un hecho que Ollanta Humala va a pasar a la segunda vuelta con la primera opción, si es que no arrasa en la primera como sucedió con Evo Morales en Bolivia, en un contexto latinoamericano que afirma esta tendencia al existir gobiernos de izquierda, nacionalistas, socialistas o simplemente progresistas en Chile, Argentina, Bolivia y Venezuela. De manera que es conveniente ir pensando en la posibilidad real de un Gobierno Ollantista, más aún cuando los otros dos competidores por el pase a la final (Unidad Nacional y APRA), ven estancadas o decrecidas sus adherencias, en tanto Ollanta suma día a día, en esta recta final, voto tras voto.
Al parecer, de haber segunda vuelta, la disputa sería del Nacionalista con Lourdes Flores, pues Alan García no logra despercudirse del todo de la terrible experiencia de su primer (¿y único?) gobierno. La verdad es que quién está matando al candidato del APRA no son sus contendores, sino su propio Partido, porque el muchachón se esfuerza por hilar un discurso creíble, pero al comparar lo que dice con lo que hace su Partido (Chimbote es un buen ejemplo), la gente mueve la cabeza, murmurando “Con esta gente no”. Es que el APRA es el partido más antiguo, más organizado, más disciplinado del Perú... y también uno de los más corruptos.
Los retos de un cada vez menos hipotético Gobierno de Ollanta Humala son varios, contenidos o no en su Plan de Gobierno, pero si exigidos por la situación en que se encuentra nuestro país; empezando por la necesidad de conformar un Gabinete de Unidad Nacional. Es la única manera de salir adelante, conformar un equipo ministerial con los líderes más idóneos y capaces no sólo del Partido Nacionalista, que los tiene, sino también encargando carteras importantes a los otros partidos, grandes y chicos. Eso demostraría una gran madurez de Ollanta, y al mismo tiempo evitaría la formación de una oposición anticipada, así como ayudaría a cohesionar la plural conformación del Congreso de la República en torno a una agenda legislativa concertada.
Un segundo elemento importante de gobernabilidad sería la conformación de un Pacto Social, entre el Estado, empresarios, trabajadores y sociedad civil, expresados en dos ámbitos, por un lado en el de la reforma constitucional, terminando con el diletantismo entre la Constitución de 1979, la Constitución de 1993 o la Constitución Remendada del periodo de transición Paniaguatoledista. En este sentido, puede darse una Asamblea Constituyente o el nuevo Congreso a elegirse el 9 de abril asumir este rol histórico; pero lo importante es el resultado,  la necesidad de contar con una nueva Constitución integral, de largo aliento. Unido a esto, el Pacto Social debe expresarse en una real concertación entre todos los sectores económicos, políticos, sociales y culturales del Perú, recogiendo los avances de concertación realizados en los últimos años, a nivel nacional, regional y local.
Sea un Gobierno de Ollanta o de cualquiera que fuere existe otro punto de la agenda nacional que es insoslayable, que es el de aprovechar el cambio de mando presidencial para renegociar con EE.UU., la Unión Europea, Japón y los países desarrollados las condiciones de relación de nuestro país con el mercado global. En este sentido, estas elecciones, debe significar una oportunidad para que todos los peruanos nos unamos detrás del nuevo Gobierno para que éste busque mejorar la ubicación del Perú en la escena internacional, en temas como la deuda externa, el TLC, la lucha contra la pobreza, el medio ambiente, el armamentismo y otros aspectos fundamentales, sin cuya discusión todo lo prometido en la campaña electoral quedaría colgado como un sombrero en desuso.
Un cuarto punto, pero no menos importante, es atender las demandas internas, que permitan ir cerrando gradualmente la brecha entre los que más tienen y los que no tienen nada, donde los ingresos y egresos del Estado deben tener un carácter verdaderamente equitativo en el sentido de que no todos aporten o reciban los mismos servicios, sino en relación a la capacidad y necesidad de cada sector.  Porque cuando se habla de la importancia de la inversión privada para el desarrollo de nuestro país, que nadie pone en duda, no solo hay que referirnos a inversión de capital y tecnología, sino también a la inmensa inversión de capital social y cultural, cuerpos y vidas que nuestro pueblo da para que el Perú camine y que muchas veces no son tomados en cuenta a la hora de proceder a la repartición.
Creemos que estos y otros puntos básicos, indispensables, imprescindibles, de la agenda nacional debe motivar la reflexión y el cambio de actitud de todos los peruanos y peruanas, principalmente de sus sectores pensantes o líderes, políticos, empresariales y sociales; pues una vez producido el resultado electoral, debemos unirnos para apoyar al nuevo Gobierno, esperando que éste sepa conducir los destinos de nuestro país, de lo contrario volveremos a la senda del caos y la improvisación ya recorridos, en circunstancias en que cada vez la historia da menos oportunidades a las naciones displicentes y aletargadas.

 

(*) dante_lecca@yahoo.es

Dante Lecca Lozano


 

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